El misionero Lanziani estaba cuestionado desde hace meses. La Secretaría pasa a la órbita de Economía y queda a cargo del diputado, cercano a La Cámpora
Luego de meses de rumores y con una gestión totalmente desgastada, finalmente Alberto Fernández echó a Sergio Lanziani de la Secretaría de Energía. En su lugar asumirá el diputado nacional Darío Martínez, cercano a La Cámpora y Cristina Kirchner, en el marco de una reestructuración de la cartera.
Este viernes el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, le pidió la renuncia a Lanziani por orden de presidente.
Se trata de un premio para Martín Guzmán después de la resolución de la negociación de la deuda, acaso el único hito importante de la gestión de Fernández hasta el momento.
La Secretaría quedará a cargo del neuquino Martínez, actual presidente de la comisión de Energía en la Cámara de Diputados y de muy buen vínculo con Máximo y Cristina Kirchner.
La idea de dejarle Energía a un hombre de Neuquén es un fuerte mensaje de Alberto (que antes de asumir ya había barajado la opción de un neuquino) a los inversores sobre la prioridad de impulsar Vaca Muerta. De hecho, se menciona que podría trasladarse la Secretaría a la capital de esa provincia, algo que por ahora en el Gobierno descartan.
Martínez es un dirigente bien visto en el sector energético, especialmente respecto de su visión sobre el desarrollo del yacimiento. “Vaca Muerta tiene futuro siempre y cuando tengamos reglas claras, en una ecuación económica donde a todos les vaya bien”, dijo Martínez en una entrevista con el portal de política LPO en enero pasado.
En la nota, el diputado abogó por una ley de hidrocarburos para que “se entienda de una vez por todas que la política energética en Argentina no es coyuntural sino de mediano y largo plazo. Para darle confiabilidad a la industria y que cuando se invierta, nadie cambie las reglas de juego. Lo más importante es dar previsibilidad a la política energética y no desconfianza por el grado de improvisación de los últimos cuatro años”.
El destino de Lanziani estaba marcado desde hace tiempo. Tras su sorpresiva designación en el cargo, su rol se vio envuelto en una serie de internas y escándalos que terminaron marcando una gestión que nunca despegó.
La Secretaría de Energía fue la más movida de todo el gobierno en los primeros dos meses. En ese lapso se fueron tres funcionarios de primera línea por internas con Lanziani u otras figuras del oficialismo. El primero en renunciar fue el subsecretario administrativo Maximiliano Galli, que se fue apenas dos días después de ser formalizado en el cargo.
Poco después fue el turno del jefe de gabinete de Lanziani, Federico Martelli, por una interna platense con “Pepe” Albístur y Victoria Tolosa Paz. Esta salida derivó en el desplazamiento de la Directora Nacional de Generación Hidroeléctrica y Energías Renovables, Andrea Polizzotto, que respondía a Albistur y Tolosa Paz.
Pero el mayor episodio lo tuvo el propio Lanziani, cuando la Policía de Misiones lo encontró violando la cuarentena en Oberá, mientras allanaba un domicilio en una causa por propagación de fake news. Su gestión será recordada antes que nada por la frase de un oficial misionero: “Señor juez, acá está durmiendo la siesta un ministro de la Nación”.
Todas estas controversias derivaron casi por lógica en una gestión que nunca terminó de despegar, justo en un sector que es clave para la economía del país. Algo que refleja la paralización de la gestión fue la demora en ocupar cargos claves, como la conducción de Yacyretá que estuvo seis meses en manos de un funcionario macrista por la interna de Lanziani con el gobierno de Misiones.