El Semillón se da una situación similar a la que sucede con otras variedades: el nivel de superficie de viñedos viene en franco retroceso año tras año pero, como contrapartida, está viviendo un verdadero revival.
Sucede que más enólogos, atentos a su gran potencial recientemente se lanzaron en la búsqueda de los mejores cuarteles para hacer del Semillón una variedad insignia, pese a las escasas hectáreas.
De ostentar más de 1.000 hectáreas en 2002, en la actualidad se registran cerca de 704 hectáreas plantadas con esta variedad, lo que implicó una caída de casi 30% en los últimos quince años.
Tal como se puede ver en el siguiente gráfico, a partir de datos del INV, el 86% de la superficie se encuentra en Mendoza, si bien es posible encontrar esta variedad en cerca de diez provincias, incluyendo Buenos Aires, La Pampa, Chubut o Salta, lo que demuestra su poder de adaptación.
Lo interesante, como se mencionó anteriormente, es que a pesar de este retroceso, la variedad está pasando por su mejor momento en décadas, de la mano de trascendentes lanzamientos de nuevos vinos, especialmente en la alta gama.
“El Semillón es parte del redescubrimiento de muchas otras cepas que tenemos en Mendoza; lo encontramos generalmente en viñedos antiguos de Malbec y a veces mezclado con otras variedades”, explica el reconocido enólogo Germán Di Cesare, de bodega Trivento, para quien lo que viene ocurriendo con esta cepa forma parte de la tendencia en Argentina “de buscar nuevas expresiones de variedades y terruños”. En este movimiento se pueden incluir, según el experto, otras variedades como Criolla Grande o Bonarda.
“Es una variedad que tiene mucha historia y el mercado no la ha dejado de lado. Más allá de los voluminosos Chardonnay y los muy buenos Sauvignon Blanc que Argentina produce, el Semillón es para un público conocedor que no ha olvidado lo noble que es esta cepa y lo bien que se desarrolla en Argentina”, explica por su parte Manuel González, enólogo de Andeluna.
Respecto de la larga historia que tiene esta cepa en el país, Pablo Navarrete, enólogo de Vinos de la Luz, afirma que el Semillón “viene creciendo a nivel de demanda y sobre todo a nivel de elaboración, porque es una cepa centenaria que llegó a la Argentina en el mismo momento que el Malbec y quien lo trajo fue el ingeniero Miguel Amado Pouget”.Te puede interesar
“Las bodegas vuelven a apostar por una cuestión de mercado, creo yo, porque el consumidor demanda varietales distintos, diferenciadores de los ya tradicionales, entonces se da esta oportunidad y con la diversidad varietal que tenemos en Argentina y sobre todo en las principales regiones vitivinícolas, el Semillón es un varietal que tiene un potencial enorme que ya haciendo escuela hemos obtenido grandes vinos de esta cepa”, agrega, sin ocultar su entusiasmo.
Desde Wines of Argentina destacan que el Semillón se desarrolla muy bien en climas frescos y moderados, como los del Valle de Uco (Mendoza) y el Alto Valle del Río Negro. En Cuyo, en tanto, adquiere tonos aromáticos de frutas blancas y miel, mientras que en la Patagonia aparecen acentos de manzanas y tierra, según el organismo responsable de promover al vino argentino en los mercados internacionales.
Enólogos destacan el gran equilibrio que logran los vinos elaborados con Semillón
“En ambos casos, evoluciona muy bien en botella hasta formar complejos matices olfativos. En boca es un vino de gran personalidad que logra un muy buen equilibrio”, acotan desde WOfA.
En Mendoza, donde encontró su lugar en el mundo, Di Cesare, de Trivento, destaca dos tipos de paletas principales: una muy floral, con flores blancas como jazmines y algunas notas cítricas. “Y después hay otra etapa, que es cuando madura más la uva, donde aparecen aromas cercanos a la miel e higos”. En boca, según el experto, son vinos lineales cuando no hay influencia del roble.
González, un gran conocedor de la región de Uco, agrega que la variedad termina entregando “un vino con aromas cítricos, algunas elegantes notas termpénicas y también matices herbáceos como pimiento y espárragos”. “En boca es de acidez intensa y muy agradable debido a la altura y amplitud térmica”, agrega.
Por su parte, Navarrete explica que “las características organolépticas del Semillón son muy nobles, tanto para la vista como para la nariz y la boca”.
En zonas de altura y frías, como es el Valle de Uco, según el experto, “esta cepa a nivel de viñedo tiene una sanidad muy importante y también obtiene características propias del terroir y de la situación climatológica. En este caso, el Semillón a la vista es amarillo verdoso sutil, en nariz es bastante floral con algunas notas que dependiendo el suelo puede tener algo mineral que lo hace atractivo y complejo, en el gusto el medio de boca es muy interesante, obviamente va a depender del método de vinificación que realice cada uno de los enólogos pero en general se obtienen vinos con un gran volumen de boca un final bastante largo”.Iprofesional