En un acto sin precedentes, Monseñor Jorge García Cuerva, Arzobispo de Buenos Aires, decidió abrir las puertas de la Catedral Metropolitana como comedor comunitario. La iniciativa tuvo lugar la noche del miércoles y sirvió para proporcionar alimentos a las personas más necesitadas. "No hay mayor pobreza que la indiferencia", manifestó el arzobispo en un discurso previo el martes, subrayando la necesidad de solidaridad y acción frente a las crecientes dificultades sociales.
Esta acción se enmarca en un contexto de creciente tensión entre la Iglesia y el Gobierno argentino por la distribución de alimentos. Durante el tradicional Tedeum del 25 de mayo, una ceremonia religiosa significativa en la que participan altas autoridades del país, Monseñor García Cuerva, en presencia del candidato presidencial Javier Milei, hizo un llamado a asumir responsabilidades sin buscar culpables, comparando este comportamiento con la inmadurez adolescente.
El descontento de la Iglesia con el manejo gubernamental de los alimentos no se limita a Buenos Aires. Monseñor Jorge Lugones, otra figura prominente de la Iglesia, ha criticado públicamente la acumulación de alimentos por parte del gobierno nacional, sugiriendo que no están llegando a quienes más los necesitan. De manera similar, el arzobispo de San Juan, Jorge Lozano, se ha sumado a las críticas, reforzando el mensaje de que la distribución de alimentos es una cuestión urgente y humanitaria que debe ser atendida con mayor eficacia y transparencia.
Además, este conflicto ha tenido repercusiones judiciales. Según ha informado La Política Online (LPO), se sospecha que el Papa Francisco podría estar detrás del reciente fallo del juez federal Sebastián Casanello. Este fallo ordena a la ministra de Desarrollo Social, Sandra Pettovello, a liberar y distribuir cinco millones de kilos de alimentos almacenados en depósitos. En los círculos judiciales de Comodoro Py se comenta que Casanello, quien ha cultivado una relación cercana con el Papa Francisco, estaría alineado con las directrices del Vaticano, hasta el punto de ser apodado "el juez del Papa".
Este conjunto de acciones y declaraciones reflejan una Iglesia activa y comprometida con los problemas sociales del país, dispuesta a confrontar al gobierno cuando considera que no se están tomando las medidas adecuadas para asistir a los más vulnerables. La apertura de la Catedral Metropolitana como comedor comunitario no solo es un gesto de caridad, sino también una declaración contundente sobre la postura de la Iglesia en un momento de crisis y necesidad.