En un escenario económico marcado por la incertidumbre, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) confirmó que la inflación de noviembre alcanzó el 2,4%. Este dato no solo se alinea con las expectativas del Gobierno y analistas del mercado, sino que también consolida una desaceleración que comenzó en octubre, cuando el índice fue del 2,7%, el más bajo en tres años.
Con este registro, la inflación interanual acumula un incremento del 166%, una cifra todavía alarmante, pero que representa un respiro frente al ritmo acelerado de los meses anteriores.
Factores que moderaron las subas
Las políticas económicas implementadas en las últimas semanas parecen haber dado resultados:
- Tarifas controladas: Los aumentos en servicios públicos, como luz y gas, se mantuvieron en torno al 2,5%.
- Tipo de cambio estable: La moderación del crawling peg al 2% mensual evitó un traslado abrupto a los precios.
- Menor presión en alimentos: Aunque la carne comenzó a subir hacia finales de mes, el impacto fue limitado en el índice general de noviembre.
En contraste, rubros como salud (5%) y educación privada (hasta 4,5% en algunas regiones) presentaron subas más marcadas, lo que refleja una brecha creciente entre bienes y servicios en el comportamiento inflacionario.
Te puede interesar
Optimismo oficial y cautela en el mercado
Desde el Gobierno, el presidente Javier Milei destacó que este dato confirma que el país está "en el camino correcto para reducir la inflación a niveles históricos mínimos". Entre las medidas futuras, el Banco Central evalúa recortar aún más el ritmo de devaluación del dólar oficial, llevándolo al 1% mensual, y reducir las tasas de interés.
Sin embargo, los analistas advierten que diciembre podría traer nuevos desafíos. Los aumentos típicos de fin de año, sumados a un posible repunte en el precio de la carne y otros bienes estacionales, podrían interrumpir la trayectoria descendente.
Te puede interesar
Impacto en la vida diaria y expectativas a futuro
Para los hogares argentinos, el alivio es relativo. Si bien la desaceleración inflacionaria representa un respiro, el poder adquisitivo sigue resentido por un acumulado anual que golpea fuerte en productos básicos y servicios esenciales.
El dato de noviembre será un punto clave para evaluar si la economía argentina logra sostener esta tendencia hacia 2024. Con la mirada puesta en las próximas medidas económicas y en el impacto del consumo estacional de fin de año, las expectativas se mantienen altas, pero el desafío de estabilizar la economía sigue siendo monumental.